ACAPULCO.- El huracán «Otis» revolvió todo en este puerto y, a tres días de su impacto, la falta de autoridad ha provocado no sólo saqueos de comercios, sino también asaltos a automovilistas, pillaje en casas y robo de ayuda humanitaria.
La inexistencia de los servicios públicos ha dejado en la calle montones de basura y de algunos de ellos han comenzado a emanar olores putrefactos.
En la Playa Manzanillo, donde fondeaban o estaban atracados yates y lanchas, emergieron cuerpos de marineros que decidieron quedarse en sus embarcaciones por órdenes de sus patrones o porque subestimaron la fuerza del huracán y murieron ahogados.
En distintas colonias de la zona centro, los vecinos cerraron sus calles con las láminas que dejó desperdigadas «Otis» para evitar que entren los ladrones y, varios de ellos, armados con pistolas y machetes, hacen rondas por las noches.
El viernes, en la salida a la autopista a Chilpancingo, a la altura de la Colonia Renacimiento, decenas de personas saquearon por la noche algunos de los vehículos que llevaban víveres para los damnificados.
Un mensajero de una televisora, que llevaba dinero en efectivo para su personal que está trabajando en el puerto por la emergencia, fue asaltado en las inmediaciones del Maxitúnel.
Telma Mercado vive cerca del Mercado Central, en donde los locatarios también se han organizado para vigilar sus negocios y proteger la poca mercancía que los vientos huracanados les dejaron.
Quienes han estado rondando las casas, señala Ocampo, son jóvenes de otras colonias, quienes -acusa- se mueven en motocicletas robadas durante los días de saqueo y movidas con gasolina sustraída de las estaciones de servicio o de vehículos estacionados.
«¡Ahora (quieren saquear) las casas! ¿Qué tenemos en las casas?, pura destrucción.
Sin Policía
El temor de los vecinos a ser robados en sus casas se avivó tras constatar los saqueos multitudinarios que, durante los dos días posteriores a que pegó «Otis», se dieron en todo el puerto, lo mismo en colonias populares que sobre la Costera Miguel Alemán o en la Zona Diamante.
Durante esa rapiña la Policía Estatal y Municipal se hizo de la vista gorda, lo mismo que el Ejército y la Marina; ninguna autoridad intervino y la gente vació tiendas de conveniencia, departamentales, gasolineras y hasta agencias de autos y empresas de paquetería.
Pese al tiempo transcurrido, la Policía sigue ausente en las calles y las patrullas que circulan son utilizadas para transportar a la gente de un tramo a otro.
Los elementos de la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina que no están comisionados a las labores de limpieza o de auxilio a la población se han concentrado en hacer presencia en la zona turística y en la salida hacia la caseta de La Venta.
Valentín Santibáñez, quien tenía un local de venta de artesanías frente al Parque Papagayo, dice que en la Colonia Zapata y en la Laja la gente quiso meterse a las casas.
«En la Zapata, donde vive mi papá, se metieron en las casas que pudieron; para acá arriba, en la casa de un amigo, también se querían meter, pero como él ha estado ahí, a pesar de que no tiene techo, no se metieron», indicó.
Robo de ayuda
La noche del viernes se hizo una larga fila en la vía que conecta con la Autopista a Chilpancingo, a la altura de la Colonia Renacimiento, una de las zonas donde iniciaron los saqueos.
El embudo, informó Francisco Ortiz, quien pretendía salir de Acapulco con sus familiares, fue porque los vecinos bloquearon el acceso para identificar los vehículos que llevaban víveres.
«Nos paramos a ver los coches que venían regresando y lo que nos dicen es que había un bloqueo de camiones e, investigando con esa gente, lo que nos mencionan es que estaban deteniendo a los coches, tanto de entrada como de salida, quitándoles víveres y el apoyo que ya estaba llegando en camiones», narra.
«Supuestamente querían mandarlo a ciertas colonias primero, esa era la finalidad».
La misma experiencia tuvo Omar Safra, un capitalino que llevó víveres a familiares que viven en el puerto.
«Sí no entran los camiones con la Guardia Nacional todo se lo roban a la entrada de Acapulco; no se vale, por eso no está llegando toda la ayuda a la gente, es un gran problema tratar de traer la ayuda como debe de ser», lamenta.