POLONIA.- El Tricolor consumó un histórico fracaso al terminar el Mundial Sub-20 de Polonia sin haber sumado siquiera un punto, lo cual, como es obvio, lo eliminó de las hostilidades.
México llegó al último juego de la Fase de Grupos con una mínima esperanza de avanzar los Octavos de Final; sin embargo, Ecuador, rival en turno, se llevó el dulce al ganar por la mínima diferencia, hecho que le perfila para acceder a la siguiente instancia.
Diego Ramírez, entrenador nacional, intentó hacer los deberes en este choque, pues mandó un once bastante ofensivo, mismo que encabezaron Diego Lainez y José Juan Macías, quienes estaban llamados a ser las grandes figuras de la justa, pero que pasaron de noche, por decir lo menos, durante este partido y los dos anteriores ante Italia y Japón.
El único tanto de la tarde cayó al minuto 11 de tiempo corrido, cuando Gustavo Avecilla desbordó por la parcela izquierda para después habilitar a su compañero Gonzalo Plata, quien definió al poste derecho del cancerbero nacional.
Aunque dicha anotación significó un duro golpe para las huestes mexicanas, estas demostraron cierto estoicismo al conseguir la diana del empate casi de inmediato, pero no contaban con que el VAR invalidaría la jugada por un más que apretado fuera de juego.
Un fracaso de tintes históricos
El Tri jamás ha salido campeón en un certamen de esta índole, de hecho, los logros más importantes son el subcampeonato obtenido en 1977 y el tercer lugar del 2011; no obstante y por lo realizado anteriormente en otras categorías menores, las expectativas eran muy altas previo al arranque de la contienda que hoy finaliza para las nuestros.
En los empastados polacos quedó demostrado que Lainez no es ese genio que muchos consideran; cierto, es un buen jugador pero necesita afianzarse con el Betis u otro equipo para tomar el ritmo que justamente le hizo falta a lo largo del certamen.
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Tras este fracaso, la Federación Mexicana de Futbol debe ser autocrítica y ponerse a trabajar en el desarrollo de jóvenes talento, lo cual parecería quiere impedir con la imposición de reglas absurdas como la 9/9, que beneficia más al jugador foráneo que al nacido en el país. (FUENTE: MEDIOTIEMPO)