CHETUMAL.- En una ríspida reunión de comisiones unidas, en donde afloraron las acusaciones de “cobardes”, “irresponsables” y hasta de borrachos, un grupo de legisladores que al parecer están opuestos a la despenalización del aborto, pero no quieren votarlo, se ausentaron del recinto legislativo, lo que paralizó por segunda vez el proceso de dictaminación de la reforma, al no haber quórum.
En una situación que rayaba en el absurdo, varios diputados se quedaban afuera de la sala, para ingresar al momento de que se tomara la asistencia, pero volvián a salirse cuando tocaba el momento de votar, lo que detuvo varias veces la sesión.
A diferencia de la fallida reunión de hace dos días, hoy sí se empezó con quórum, pero de inmediato surgieron objeciones por parte de tres diputados que se oponen a la legalización del aborto, Eduardo Martínez Arcila, Carlos Hernández Blanco y Kira Iris, quienes señalaron que no pueden avanzar con las reformas de ley en tanto que la constitución no sea reformada, toda vez que protege la vida desde la concepción.
El jurídico del Congreso del Estado indicó que esa reforma no era necesaria, pues ese artículo también indica “salvo las excepciones que marca la ley”, lo que ya incluye a los cuatro causales de aborto legal en el estado, argumento que no fue aceptado, pues una despenalización ya no sería una excepción.
El tema fue sometido a votación, sin que se llegase a un consenso.
Las acusaciones mutuas surgieron cuando tocó modificar el dictamen, lo que requirió un receso, y varios diputados solicitaron que se les entregara una copia para su estudio, lo que implicó otro receso, quejándose que no se les permitía debatir el tema a amplitud. La diputada Judith Rodríguez Villanueva, quien presidía los trabajos, contestó molesta que ella en todo momento ha preguntado por la intervención de los participantes, sin limitar el debate.
Después de varias horas de pausa, ya con el dictámen en mano, Reyna Durán afirmó que descubrió en el mismo graves fallas.
Tyara Schleske se quejó que ahora los diputados quieren argumentar que no disponen de tiempo para analizar el dictamen recién entregado, cuando se les citó a reunión el lunes, pero no acudieron, además de callar durante las sesiones de estudio, para ahora “a un cuarto para la hora” realizar todas sus objeciones. Reyna Durán le contestó que lo importante es corregir cualquier detalle que pueda impactar a la ciudadanía.
Por segunda vez, Eduardo Marinez Arcila planteó el hecho que el dictamen propuesto va en contra de lo que indica la constitución, e incluso que se quiso votar el separar el tema y se rechazó. A ello, Judith Rodríguez invocó el principio jurídico “pro homine”, que significa que cuando difiera una ley de la constitución, deberá tomarse como válido aquel que otorgue mayor protección a los derechos humanos. En este sentido, procedería una acción de inconstitucionalidad a nivel estatal, o de legalidad a nivel federal. También puso el ejemplo de Oaxaca, donde se despenalizó el aborto aunque su constitución igualmente protege la vida desde la fecundación.
Después de una votación por modificaciones propuestas, varios legisladores objetaron el que se continúe debatiendo el aspecto de constitucionalidad, cuando era un tema que ya había sido votado en contra, por lo que Carlos Hernández Blanco, Reyna Arceo y Kira Iris abandonaron el recinto.
Judith Rodríguez criticó el que quieran “confundir a la ciuidadanía” afirmando que ya se había votado algo sobre lo cual no hubo consenso, en tanto que Tyara Shleske afirmó que por no tener mayoría, los diputados ausentes “no quieren hacer su trabajo”, ignorando su encomienda.
“¿Están en realidad a favor de la vida, o les da miedo el costo político? Vengan y afronten, tomen una decisión y voten, nadie les dice que lo hagan en un sentido u otro, pero voten”, añadió.
Después del pase de lista, que confirmó que ya no contaban con quórum.
José Luis Guillén fue más lejos, al tachar de “cobardes” a los diputados que abandonaron la sesión, al asegurar que hay quienes están a favor o en contra y eso es respetable, pero el que no trabajen es cobardía.
Roberto Erales criticó el lenguaje, señalando que el público sabe quienes no vienen a sesiones, salvo cuando les interese un tema, añadiendo que “hay quienes vienen alcoholizados a dirigir las asambleas”, en evidente alusión al propio Guillén, y que en varias ocasiones se han abandonado sesiones. En su caso, dijo que él sí da la cara sin salirse, con su voto en contra.
Édgar Gasca calificó de lo ocurrido como “vergonzoso”, pues los diputados que ahora alegan no tener tiempo para analizar el dictamen fueron los que estuvieron ausentes de todos los foros convocados y de la primera reunión de comisiones.
Después de varios minutos, recuperaron el quorum, pero tanto Eduardo Martínez Arcila como Reyna Durán aseguraron que los procedimientos estaban errados, pues se debía incluir una reforma constitucional, pues se había votado en contra de retirarla, algo que la presidenta negó que fuera así.
Esto hizo que cuatro diputados, Reyna Durán, Carlos Hernández, Kira Iris y Aurora Pool se pusieran de pie junto a la tribuna, para participar en la lista de asistencia, pero para salir inmediatamente y romper el quorum cuando se llamaba a votación.
Así las cosas, se tuvo que llamar a otro receso.