Por: Jorge Castro Noriega
- Que ahora sí vienen los grandes proyectos de la “4T” para Quintana Roo, asegura Miguel Torruco
- Anuncia inversión para ampliar el aeropuerto de Chetumal y el dragado del Canal de Zaragoza
- Pero ya no sabemos si creerle, por tantos proyectos tan inviables como los que ha presentado antes
- Revira Edgar Gasca y denuncia chantajes detrás del intento de “golpe de estado” de morenistas
- Hoy vence el plazo para impugnar el “cochinero” que hicieron de las asambleas de Morena el domingo
- Se deslinda Luis Alegre de la entrega del “Nohoch Sukum”, un galardón maldito para políticos, a JC Chávez
- Piden pan, no les dan; piden dinero, les echan gas: ignominioso trato a alcaldes en Palacio Nacional
YA NO SABEMOS si creerle o mejor darle el “avión” al secretario federal de Turismo, Miguel Torruco, quien no sólo no ha terminado de trasladar a Chetumal la dependencia a su cargo como tanto lo prometió su jefe el presidente López Obrador, cuando ya anda presumiendo como grandes aportaciones de la “Cuarta Transformación” para Quintana Roo proyectos que, por lo pronto, sólo existen en el escritorio y su viabilidad es más que dudosa. El responsable del turismo en México parece más empeñado en ganar tiempo tendiendo cortinas de humo que oculten su falta de resultados en el cargo, que en concretar acuerdos e inversiones que en realidad beneficien al estado, como la misma instalación de la Sectur en la capital y la tan necesaria zona libre, que resultaron, hasta ahora, en promesas incumplidas del Gobierno federal. Así, Torruco lo mismo ofrece traer la Carrera Nascar México, que con bombo y platillo anuncia el mega desarrollo hotelero Grand Island Cancún, que serían bien recibidos de no ser que, para el primero, el funcionario quiere que los empresarios aporten el terreno y el dinero (él, tan cotizado, sólo los “contactos”), en tanto el segundo es un proyecto que ya ha sido rechazado en dos ocasiones por el impacto ambiental, la sobredensificación y la saturación de servicios que ocasionaría en la zona hotelera de Cancún.
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PERO AHÍ NO para el personal optimismo de Miguel Torruco, que lamentablemente no logra contagiar entre los quintanarroenses, pues apenas esta semana apareció anunciando dos “sorpresas” -así las llamó- más del gobierno federal para el terruño: la ampliación del aeropuerto de Chetumal y el dragado del Canal de Zaragoza, ambas obras, en efecto, muy necesarias en el sur de la entidad. Entre lo que son peras o manzanas, información proveniente de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes coincide -al menos en esto sí- con el titular de Sectur, en el sentido de que con una inversión de 150 millones de pesos la terminal aérea de Chetumal recibirá una “manita de gato” y se ampliará de una a cinco las posiciones para los aviones, lo que permitirá ampliar su capacidad en la operación de vuelos diarios. Por otra parte, con respecto al Canal de Zaragoza, Torruco adelantó que éste será dragado para evitar que, como hasta ahora, todo barco que entre o salga de la Bahía de Chetumal tenga que dar un rodeo hasta Belice, además de que podrían así recibir cruceros pequeños y yates. Las obras correrían a cargo de la Secretaría de Marina y, de concretarse, permitirá también la posibilidad de establecer un enlace de comercio marítimo con Centro y Sudamérica. Crucemos los dedos y confiemos que no queden ambas “sorpresas” en nuevos desengaños.
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COMO LEÓN ACORRALADO reparte zarpazos en todas direcciones el aún coordinador de la fracción de Morena en el Congreso del estado, Edgar Gasca, a quien un bloque de diputados correligionarios suyos intenta descarrilarlo del cargo para poner en su lugar a Reyna Durán, quien ha resultado algo más que viva -¡vivísima!- en la actual Legislatura. Gasca, quien es también presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política (Jugocopo) y cuya cabeza pidieron el lunes sus colegas de Morena ante la Oficialía de Partes, argumenta en su defensa que sus ex aliados y hoy detractores Alberto Batún, Fernanda Trejo, Luis Fernando Chávez, Paula Pech y la propia Reyna Durán, intentan derrocarlo porque no ha cedido a sus chantajes económicos y políticos. Según el isleño, dichos diputados morenistas quieren seguir con el despilfarro de recursos que hubo en la anterior Legislatura y, además, presionar para infiltrar en el organigrama a Omar Sánchez Cutis, síndico municipal de Solidaridad y novio de Fernanda Trejo, a quienes, por cierto, es muy frecuente verlos juntos muy acaramelados y hablándose al oído por los pasillos del Congreso. Ahora, ya se sabe, no eran sólo confidencias de amor lo que tanto se secreteaban.
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PARA EL TODAVÍA líder de la bancada morenista la mano que mece la cuna detrás de la intentona golpista es nada menos que el diputado panista Eduardo Martínez Arcila, quien debe estar de plácemes porque se le conceda tanta capacidad de manipulación legislativa, a estas alturas cuando se supone que es Morena el que lleva la batuta en el Congreso. Y es que, afirma Gasca, el ex presidente de la desaparecida Gran Comisión quiere quitarlo del camino para distraer la atención de las denuncias que ha hecho en su contra por supuesta malversación de fondos, por varios millones de pesos, cuando tenía a su alcance y manejaba de manera discrecional el presupuesto del Poder Legislativo. No obstante, dice que no cederá en la petición de auditorías a la gestión de Martínez Arcila, para que responda o devuelva el dinero que, sostiene, éste se robó.
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TIENEN DE PLAZO hasta hoy, miércoles, los militantes de Morena que deseen impugnar las elecciones de coordinadores distritales celebradas el domingo pasado, las cuales terminaron en un “cochinero” -dicho por ellos mismos- en las demarcaciones de Playa del Carmen (01) y Cancún (03 y 04), luego de que diputadas y funcionarios del partido se agandallaron con los cargos de consejeros estatales que, entre otros privilegios, está el poder influir en la renovación de la dirigencia nacional en noviembre próximo. Los inconformes agitan en el aire la convocatoria, la cual aseguran que prohíbe a representantes de elección popular y funcionarios públicos poder ser nombrados consejeros de Morena, pero las diputadas Reyna Durán y María Fernanda Trejo, beneficiadas en la desaseada elección, dicen que no es así y que ellas sí podían participar y que, además, ganaron en buena lid. De presentar hoy la impugnación los morenistas en desacuerdo, la Comisión de Honor y Justicia habrá de revisar y decidir si descalifica a las legisladoras y repone el proceso en esos distritos, así como en el 02 de Chetumal, cuya asamblea tuvo que suspenderse porque, ahí sí, los llamados “servidores de la nación” terminaron a las greñas y a las cachetadas.
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PEGÓ EL BRINCO y se desmarcó de inmediato el diputado federal Luis Alegre, aspirante a la gubernatura de Quintana Roo, cuando en la reciente Cumbre Mundial de Boxeo celebrada en Cancún le endosaron la entrega del nombramiento maya “Nohoch Sukum” (Gran Hermano) al ex campeón mundial de boxeo, Julio César Chávez, lo cual fue interpretado como una afrenta para la ancestral etnia asentada en la región ya que, según la costumbre, deben ser los dignatarios mayas los únicos que pueden entregar ese reconocimiento y, de ninguna manera, los civiles. Alegre, miembro de la comitiva de invitados de honor al magno evento pugilístico, fue señalado en algunos medios como el autor de la polémica idea, quizá por el hecho de que como parte de su posicionamiento político hacia la “grande” presentó hace poco una edición impresa de la Constitución Política traducida a lengua maya y pues, bueno, una cosa parece ser que llevó a la otra.
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EL LEGISLADOR, RAUDO, negó los hechos y se manifestó respetuoso de la cultura maya, de la cual su familia ha sido defensora y promotora de hace muchos años, asegurando que fueron otras personas las ocurrentes con “distinguir” a JC Chávez con ese galardón en la Cumbre de Boxeo a la cual, asegura, sólo asistió como invitado. Que por cierto y para ser sinceros, ese galardón ha sido tan manoseado por los políticos de patio que hoy está más devaluado que los “doctorados” Honoris Causa que muchos de ellos, también, se esmeran en conseguir para engordar el ego. Recordemos que, en su momento, recibieron el “Nohoch Sukun” el “Chacho” García Zalvidea, Gregorio Sánchez, Filiberto Martínez, Roberto Borge y Mauricio Góngora… y así les fue a estos “Grandes Hermanos” de los mayas: casi todos cayeron en prisión. El gobernador del estado, Carlos Joaquín, ha sido el único, hasta ahora, en haber sido galardonado por los dignatarios como “Nohoch Jalach” (Máximo Gobernante) en diciembre de 2016, a pocos meses de haberse estrenado en el cargo. Ojalá y este reconocimiento, de mayor jerarquía, no esté maldito como el anterior.
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PENOSO EPISODIO VIVIÓ la dicharachera conductora de televisión Adela Micha durante la reciente Cumbre de Negocios Business Summit 2019 celebrada en Cancún, cuando fiel a su estridente estilo de entrevistar realizaba una transmisión desde la sala de prensa instalada en el Centro de Convenciones. Sus gritos y carcajadas fueron toleradas un tiempo razonable por decenas de colegas comunicadores que compartían el mismo espacio con ella y trataban de concentrarse para escribir sus reseñas, hasta que estos ya no pudieron más y formando una comisión fueron a pedirle de favor a la Micha que le bajara intensidad y volumen a su entrevista, pues con tanto alboroto era imposible trabajar. Hay que reconocer que la experimentada comunicadora “agarró la onda” y en vez de sacar las ínfulas de “periodista nacional” que otros sí hubieran hecho, se disculpó con los compañeros y se esforzó, desde ahí, en tratar de controlar los decibeles de su risa y de su voz.
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FUERON POR DINERO a Palacio Nacional y lo único que les dieron fue una “gaseada”. Alcaldes y diputados panistas de varios estados decidieron presentarse ante las puertas de la sede del Gobierno de la “4T” en la Ciudad de México, para exigir, durante la tradicional conferencia mañanera del presidente López Obrador, mayor presupuesto a sus municipios para obras de desarrollo y beneficio social. Pero fue tanto el alboroto que armaron que, a criterio de los de adentro, estaban “poniendo en riesgo” la seguridad de los trabajadores del histórico edificio y les mandaron a los antimotines a darles un apaciguador baño de gas lacrimógeno, que los calmó como por arte de magia. El propio AMLO reconoció después la respuesta de su equipo de seguridad a los ediles, pero dijo que fue “poquito”: una dosis “moderada y disuasiva”, explicó el presidente, justificando la irritante acción de sus policías.
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