CIUDAD DE MÉXICO.- Desde el gobierno priista de Calos Salinas de Gortari, hasta la cuarta transformación de Andrés Manuel López Obrador, el 90 por ciento de las reformas a la Constitución ha servido para privilegiar a grupos de interés extranjeros y nacionales, y no para los ciudadanos, coincidieron expertos consultados por El Sol de México.
Desde que el tabasqueño asumió el poder, la 4T lleva un tercio de modificaciones (34) a la Carta Magna, en comparación a su antecesor, el priista Enrique Peña Nieto, que en seis años realizó 155. El panista Felipe Calderón llevó a cabo 110 cambios; mientras que Carlos Salinas hizo 55, Ernesto Zedillo 77 y Vicente Fox apenas llegó a 31.
El constitucionalista, investigador y catedrático de la UNAM, Jaime Cárdenas Gracia, considera que la ciudadanía debe ser involucrada en los cambios a la Constitución mediante referéndum y aseguró que las reformas a la Carta Magna han respondido más a intereses específicos que en poco han beneficiado a los mexicanos.
Citó como ejemplo la reforma al Poder Judicial, “donde pareciera que es para resolver problemas internos de la Suprema Corte de Justicia y la sociedad está totalmente ajena’’.
El experto agregó que algunas reformas electorales como la de 2014 y otras anteriores, favorecieron a partidos políticos en contra de candidaturas ciudadanas e independientes, en apoyo a estructuras de órganos electorales, pero no de ayuda a los ciudadanos.
Recuerda, así mismo, la reforma de telecomunicaciones con dedicatoria a poderes económicos de Telmex, Televisa y TV Azteca y la energética dirigidas a las transnacionales en materia de petróleo, electricidad y gas.
Sin embargo, también se reconocen algunos cambios positivos, como el celebrado por Ernesto Zedillo, en 1996, que le quitó el control a la Secretaría de Gobernación del proceso electoral, lo que permitió la alternancia en el año 2000 con Vicente Fox.
Miguel de la Madrid, por su parte, impulsó reformas, aunque insuficientes, de mecanismos de contraloría, hoy Secretaría de la Función Pública, mientras que del otro extremo, Carlos Salinas privatizó el campo, la venta de ejidos, y dejó plasmada en la Carta Magna una nueva relación con las iglesias, además del apoyo a la educación privada en detrimento de la pública.
La maestra en derecho constitucional y derechos humanos por la Universidad Panamericana, Paulina Creuheras, dijo, por su parte, que, hoy, 80 por ciento de la redacción constitucional es diferente a la de 1917, de la que, prácticamente, sólo se ha mantenido la división de poderes, propiedad agraria y algunos derechos sociales. “Se ha privilegiado la cantidad por la calidad’’, dijo.
Jaime Cárdenas compara que el gobierno que más cambios ha realizado a la Constitución es el de Peña Nieto (155) y después el de Calderón Hinojosa (110), a diferencia de la constitución de Estados Unidos que sólo ha tenido 27 enmiendas en más de dos siglos.
El experto agregó que con Peña Nieto, la mayoría de las reformas fueron por órdenes de organismos financieros internacionales, como en el caso de la energética, educativa, telecomunicaciones y la reforma que creó la Comisión Federal de Competencia. “Las reformas de Peña no obedecieron a razones internas del país sino a imposiciones externas”, enfatizó Cárdenas Gracia.
AMLO Y LA 4T
Con López Obrador, en lo que va de su gobierno, casi todas las reformas están motivas por el tema de la violencia y pacificar al país con la inclusión de la Guardia Nacional, prisión preventiva oficiosa, extinción de dominio y abrogación de la reforma educativa.
“Hay reformas que son en beneficio de las élites económicas y políticas del país o del extranjero. Muchas son arreglos jurídicos a favor y pocas en beneficio de la gente’’, sostiene el catedrático universitario.
La maestra Paulina Creuheras calificó de injusto hablar solo de números y no hablar más de calidad que cantidad. “La Constitución aunque rígida, se ha reformado con mucha facilidad. En una Constitución deberían estar contenidos los principios fundamentales que dan sustento a todo el sistema democrático y político, por lo que no es un buen indicativo que estén cambiando con tanta frecuencia’’, dijo.
En ese sentido, apuntó que es muy rápido decir si las reformas estructurales de Peña Nieto hayan impactado de manera positiva o negativa, ya que la reforma educativa, energética o de telecomunicaciones, son del tipo que tardan mucho tiempo en ver resultados.
Para el presidente de la Comisión de Reglamentos y Prácticas Parlamentaria del Senado de la República, Julen Rementería del Puerto, “en muchas ocasiones se reforma la Constitución sin medir las consecuencias o con desconocimiento si es posible implementar en la práctica’’.
Damián Zepeda Vidales, integrante de la Comisión de Puntos Constitucionales, destacó, en tanto, que el número de reformas no es el indicador correcto, sino la profundidad e impacto en la calidad de la gente. (Agencias)